viernes, 29 de mayo de 2009

LAS COMPETENCIAS BÁSICAS, Y LAS TIC EN LA EDUCACIÓN.

Las competencias básicas podrían definirse como la capacidad de poner en marcha de manera integrada aquellos conocimientos, habilidades, destrezas y rasgos de personalidad que permiten resolver situaciones diversas. Incluyen, por tanto, además de los saberes o conocimientos teóricos, las habilidades o conocimientos prácticos y, también, las actitudes o compromisos personales. Por consiguiente, van más allá del “saber” y “saber hacer o aplicar” porque incluyen también el “saber ser o estar”. Así mismo, suponen la capacidad de usar funcionalmente los conocimientos y habilidades adquiridas en contextos diferentes e implican la puesta en marcha de procesos cognitivos de comprensión, reflexión y discernimiento.
Las competencias básicas implican el desarrollo de capacidades y no sólo la adquisición de contenidos puntuales y descontextualizados. Por tanto, están relacionadas con facultades generales de las personas y suponen un potencial de transformación de la realidad que permite producir un gran número de acciones no programadas previamente.
Una propuesta curricular competencial sería aquella que integre los conocimientos, que den funcionalidad a los aprendizajes y que potencie la autonomía personal. En este sentido, las competencias han de identificar aquello que necesita cualquier persona para dar respuesta a los problemas con los que se enfrentará a lo largo de su vida. Por tanto, como nos indica Antoni Zabal “ competencia consistirá en la intervención eficaz en los diferentes ámbitos de la vida mediante acciones en las que se movilizan, al mismo tiempo y de manera interrelacionada, componentes actitudinales, procedimentales y conceptuales.
En este sentido el papel del profesor, juega un papel fundamental para el desarrollo de las competencias en alumnos y alumnas. Es decir su metodología, selección de recursos, diseño de actividades, gestión de aula... han de estar enfocados hacia una finalidad no inmediata, sino en qué lo que ahora se aprende pueda usarse en un futuro, es decir, en el momento en que sean necesarias, y para conseguir tal objetivo hay que optar por una educación en competencias que busque estrategias de enseñanza que den respuesta a situaciones reales, es decir, complejas. Hay enseñar esquemas de actuación de las competencias y su selección y práctica en distintos contextos generalizables.

Tras analizar el concepto de competencia y lo que implica en el futuro del estudiante, me gustaría realizar un pequeño comentario sobre una de las competencias básicas que aparecen en el currículum: Tratamiento de la información y competencia digital.
Vivimos en una sociedad que avanza a un ritmo frenético, en el que se ha producido un cambio en la estructura productiva, la cual está basada principalmente en la investigación, desarrollo y la innovación. Vivimos en la que muchos autores la han denominado la sociedad de la información, por lo que la educación cobra así mucha más relevancia como actividad cuya función es el desarrollo de la capacidad de manejar la información: alfabetización digital.
Por tanto se hace necesario enseñar las competencias básicas basadas en las TIC; utilización y conocimiento de las nuevas tecnologías para preparar al alumno y alumna, hacia las nuevas exigencias de la sociedad. Pueden ser de gran provecho para el niño y la niña de Educación Infantil utilizándolo en este ámbito como recurso didáctico y proyección de futuro.